lunes, 1 de mayo de 2017

Crudo / Raw / Grave (2016): Cuando tus impulsos se enfrentan a la sociedad

Se ha hablado mucho de Raw. Quizá más de aquellos desmayos aislados y de lo polémica que podría ser que de lo verdaderamente importante: estamos ante una película diferente, que puede gustar más o
menos, pero en la que hay talento, algo que merece la pena.

Para quitarme de encima ya el tema y profundizar en otros asuntos de Raw que me interesan más: no es para tanto en cuanto al gore y/o el asco que pueda llegar a dar. Hay infinidad de películas peores que nos hemos tragado en masa como cine comercial. ¿Por qué esta es un problema entonces? Porque es perturbadora, y lo es no por ciertas escenas o por los litros de sangre, si no por la película en sí misma, por su historia, por cómo está rodada, porque no está vacía de significado, es un torrente emocional y nos provoca preguntas. Algún momento puntual puede removernos el estómago, pero insisto: no es para tanto.

Raw es la historia de Justine, y Justine podríamos ser cualquiera de nosotros. Justine ha sido educada de una manera que marca su vida y su manera de actuar, y al separarse de su familia y pasar a un mundo más adulto en el que se verá sola, se tendrá que enfrentar a su verdadero yo. Y enfrentarse a su verdadero yo supondrá poner en duda lo que siempre creyó, su educación, sus valores, reconocer sus instintos, sus deseos, sus impulsos.


Asimismo, su verdadero yo se enfrentará a la masa, al grupo de gente que forma parte de la misma unidad. Debe actuar como todos para ser aceptada, pasar desapercibida, ser otra chica normal... ¿O debe hacerse caso a sí misma? Por otro lado, ¿qué tiene de real ese nuevo yo? ¿Es ella realmente, o todo eso ha despertado por la nueva vida, la presión social, la masa que quiere que sea una más? ¿Y cuánto de real tenía su antiguo yo, completamente influenciado y sobreprotegido por su familia?

El paso de la adolescencia a la madurez es un viaje de descubrimiento y no es fácil encontrarse a uno mismo. Hay que experimentar, dejarse llevar. Y hay veces que puede que no nos guste lo que encontremos. Te puede llevar a terrenos peligrosos. ¿Y si tenemos impulsos y deseos diferentes a los del resto? ¿Qué hacemos con ellos? ¿Por qué no íbamos a seguirlos? Ese miedo a ser distinto, a no encajar, nos frena. Pero Justine decide no frenar.



Todo esto está contado de forma muy particular, al centrarse en un impulso poco común, y también salta por otros temas. Raw tiene dosis de humor negro, la exploración del nacimiento del deseo sexual, y hey, sorpresa, está hecho de forma normal.
"Intenté dar otro punto de vista sobre la sexualidad femenina en su comienzo. Era importante para mí porque estoy harta de la manera en la que se refleja el descubrimiento de la sexualidad de las chicas jóvenes en el cine. Siento que siempre se cuenta la historia de una víctima. Siempre es sobre el miedo o la duda que surge después. '¿Voy a ganarme una reputación?' '¿Me va a llamar?' '¿Es el chico correcto?' '¿Hice lo correcto con él?' Eso no tiene nada que ver con la sexualidad. La sexualidad no es una víctima. Eso es más como una moral social: una voz en la cabeza, no en el cuerpo. Para mí, la sexualidad está en el cuerpo. Y ciertamente no deberías ser una víctima. No es algo que simplemente te pase, es algo en lo que eres activo, y no pasa nada por ello." Julia Ducornau, directora de Raw, en una entrevista con el BFI


Con respecto a esto, aunque no sea el tema principal, Raw muestra una postura feminista, que también deja entrever en otros detalles como cuando enseña cosas que la sociedad exige a las mujeres (la depilación, arreglarse más, el ponerse "más puta"), y por supuesto, la construcción de los dos personajes femeninos protagonistas. La elección de la canción del grupo Orties que la protagonista escucha en una escena no es desde luego casual. 

En Raw también hay sangre, tensión, un uso de la música magistral que nos moverá por las emociones de Justine, unas actuaciones increíbles (lo de Garance Marillier es espectacular), reflexión sobre las relaciones familiares, la educación y hasta algo de debate sobre el consumo de carne. Ella es vegetariana, y al principio se habla del sufrimiento animal. En la escuela veterinaria dónde ella estudia, vemos a los animales serenos, mirando fijamente a cámara como retándonos a negarles que tienen consciencia propia; una actitud que dista mucho de algunas escenas escenas con personas, en las que hay descontrol y se dejan llevar por sus instintos primarios. Igual no hay tanta diferencia entre ellos y nosotros. Entonces, ¿por qué está bien visto consumir una carne y la otra no? ¿Hasta qué punto es ético o no lo es? ¿Qué pasa con los valores morales cuando tu instinto te dice otra cosa, como le pasa a Justine?



Raw son muchas preguntas, que crecerán después de haber visto la película: pasarás días pensando en ella, y probablemente crecerá en tu cabeza. Es cine bien hecho, con contenido, y cine que sorprende. Atreveos.